♦ Haz una carta para tu madre, donde le cuentes todo lo que aún resistes de ella, y todo lo que ella te hizo sufrir. Luego, en un espacio que consideres especial, libera la carta, quémala o entiérrala. Perdona a tu madre y a las mujeres de tu familia, sana tu relación con ellas.

♦ Decreta lo que necesitas. Haz un ejercicio financiero donde resumes tus gastos y también entiendes cuáles son los ingresos que necesitas.

♦ Haz una meditación y visualización de la energía de la abundancia. Enraízate, siente los pies en el suelo, y tu conexión con la madre naturaleza que es de por sí abundante.

♦ En tu diario, haz una lista de afirmaciones positivas acerca de tu capacidad de decretar tu abundancia, y de poder reescribir tus historias. Cosas como: “soy abundante y merezco una vida abundante para poder servir más a los demás”. Ponlas en un lugar visible.

♦ Reinventa tu forma de ver el dinero. Entiende y vuélvete consciente de tus creencias limitantes acerca del dinero y de la abundancia, haciendo una lista de ellas. Para cada creencia limitante que escribes a mano izquierda del papel, escribe una segunda columna con una práctica concreta que puedes hacer para generar nuevos hábitos y actividades con respecto a tus oportunidades de generar abundancia.

♦ Cultiva la gratitud. Todos los días, comienza a agradecer las cosas más sencillas de tu vida. Tu techo. Tu comida. Tu familia. A ti misma. Cultivar la gratitud eleva tu vibración y te hace más abierta a recibir más de lo que deseas.

♦ Haz un ejercicio de sentarte a pensar, en formas de generar proyectos de vida acordes contigo. Si el dinero no fuera un tema para ti, ¿en qué dedicarías tu tiempo? ¿Qué actividades harías? Esto te abre la puerta para ensoñar y gestar nuevos proyectos de vida que van más acordes con tu sintonía natural y tu esencia.